Tanto oir hablar de la serie de televisión “Amar en tiempos revueltos”, decido verla. Y como no sé nada ni de la serie ni de los personajes, decido empezar por el principio: primera temporada y primer capítulo (creo que estrenados allá por 2.005). Una conmoción. Ya no pude parar de ver capítulos y lo dejé allá sobre las cinco de la mañana secándome las lágrimas. La historia coral de personajes comienza en 1936, con los rebeldes sublevados ya contra el gobierno de la República…
Hacia los veinte años, leía todo lo que caía en mis manos sobre la República y la Guerra Civil tratando de limpiar de mi cabeza las telarañas de la educación franquista recibida. Pasados años, decidí no leer nunca nada mas, tal dolor me producía ver el sufrimiento y la locura que acometió a nuestros abuelos. Duele esa parte de la historia de nuestro país por un lado, y emocionan por otro los infinitos ejemplos de dignidad del campo de los vencidos, que, como dice la banda …
sonora de la serie, “tuvieron que aprender a llevar el corazón y el alma heridos”. Y eso cuenta la serie, y eso me volvió a doler y emocionar tras tantos años sin querer recordarlo. Esos jóvenes que en 1936 tenían 20 años y el deseo y la esperanza de cambiar el país, de que llegaría la igualdad de los ciudadanos, de que el país no sería sólo de los amos, de que por fin los humildes iban a tener su sitio…Y cuando casi tocaban su sueño con las manos, fueron derrotados…con menos de 25 años, perdieron una guerra y perdieron una esperanza. Las penurias físicas no debían ser nada comparados con la desesperanza del espíritu…¡qué dolor!. Yo me imagino que hubiese sido uno de ellos y me abruma imaginar la melancolía y la rabia que les desgarraría…
…Nuestros abuelos padecieron eso y sobrevivieron con el corazón y el alma heridos…hoy en día nos invade la desesperanza de nuevo al ver cómo se desmantela el periodo de nuestra historia que ha estado más cerca de hacer realidad el sueño destrozado de nuestros abuelos. No habían desaparecido los amos, pero los humildes ya no estaban humillados y sometidos, ya éramos todos ciudadanos libres, ya la iglesia no pesaba sobre nuestras vidas…y ahora parece que volvemos, que nos deslizamos irreparablemente hacia abajo, que los humildes vuelven a sufrir, que los poderosos lo son más que nunca y que los derechos de todos se nos escapan de las manos. Que las armas económicas del Cuarto Reich han casi conseguido el sueño nazi del Tercero: que los pueblos inferiores latinos, oscuros y sureños llenemos con nuestro sufrimiento el ara sacrificial de su beneficio económico y que la culpa corrupta de los amos financieros la paguen los de abajo, como siempre.
El personaje de Pilar Bardem en la serie, la humilde Elpidia que ha pasado su vida limpiando casas, responde tristemente a la euforia de su hijo Antonio que, ante la huida del patrón, le dice que España ya no es de los señores: “Pero volverán, hijo, volverán, ellos siempre vuelven»