¡Malditos progres!

Yo llegué al Instituto Español de Lisboa en septiembre del 86. Todo estaba bastante desorganizado, no supe ni qué clase iba a dar hasta pasadas unas semanas, por lo que no hablé con mucha gente, me recomendaban que me fuese a casa hasta que se supiese algo. De ahí mi sorpresa cuando ,no habría pasado un mes, voy a tomarme un café a la cafetería y se me acerca un compañero de Secundaria y me dice – «Te invito a un café, me han dicho que eres progre» Quedé estupefacta, no solo porque hubieran decidido qué adjetivo ponerme, sino por comprobar que alguien se había dedicado a eso…Con el tiempo descubriría que era un deporte practicado con ansiedad cada septiembre. Mal se conocía la lista de los nuevos profesores, compañeros con aire de entendidos adjudicaban los nombres a la categoría «progres» o «carcas» aún sin haber intercambiado dos palabras con ellos. Pero yo era una progre de segunda porque los de primera votaban Julio Anguita e Izquierda Unida, que era la izquierda de verdad, y yo era Psoe que era una izquierda descafeinada, posibilista, reformista, etc, etc. Te miraban con aire condescendiente desde su altura moral y te perdonaban la vida porque yo era la prueba de que entre los socialistas había «gente muy válida»,decían, pero dónde va a parar. Aún recuerdo cuando ganó las elecciones Rajoy en 2012 y se convocó una huelga contra los recortes en educación. Yo fui a la huelga, y al ver que una compañera progre no la hacía le pregunté el motivo y me dijo, con acento desdeñoso, que ella sólo hacía huelgas auténticamente revolucionarias. O sea, que hasta haciendo huelgas éramos inferiores. Yo me la imaginaba probándose en casa la boina del Ché y engrasando el kalashnikov mientras los demás pringaos perdiamos días de sueldo por protestar. Con la llegada de Sánchez, yo he abandonado el Partido Socialista, porque aquel al que pertenecí ha dejado de existir fagocitado por él, un personaje sin principios, y yo soy fiel a los principios, no a las siglas. Y pensé que ahora los progres me admitirían ya a la primera categoría, a la guay del paraguay. Y resulta que no, que ahora lo revolucionario es votar a Sánchez, y si no lo hago soy ¡¡¡de la extrema derecha!!! -«Pero, ¿tú has visto lo que ha hecho Sánchez con la RTVE, la abogacía del estado, el Consejo del Poder Judicial, el Falcon, los presupuestos falsos, la tesis plagiada, la carta falsa mostrada en el debate, el mediador internacional, la insultante carta de Torra en secreto, los ministros con sociedades,la ley de educación, etc, etc, etc?» -«No importa, eso es consecuencia del poder, cualquiera lo haría igual» 40 años después y seguimos lo mismo, el mundo en bandos, si no estás en uno estás en el opuesto. NI Machado supo salir del falso dilema. »…una de las dos Españas, ha de helarte el corazón» decía él y cantaban Serrat y toda la progresía, tan ufanos. -«Pues mire usted, don Antonio, a mí me lo hielan las dos, qué quiere usted que le diga».