Prohibido

En 1992, dando yo clase de ciencias naturales en el Instituto Español de Lisboa, tenía en el programa el tema de los órganos reproductores masculino y femenino y su funcionamiento en sexto de E.G.B. Después de explicar cualquier tema, siempre solía hacer preguntas y pedirles a los alumnos que lo explicasen ellos para ver si se había comprendido. Así lo hice, y el alumno interpelado me repondió con el silencio y la mirada baja. – ¿No lo has entendido? ¿qué parte no has entendido?, insistía yo. (ningún alumno me podía decir que no había entendido nada, sino qué parte en concreto no entendía). -Sí lo he entendido todo- dijo finalmente- pero no puedo explicarlo porque no puedo decir palabras prohibidas. Con el método de no hablar sino mover la cabeza cuando yo fuera diciendo palabras, descubrí que las prohibidas eran pene y espermatozoide. En 1992 ya llevábamos 6 años en Europa, y el salazarismo iba a cumplir 20 años enterrado, yo achaqué aquello a una anómala pervivencia de éste en alguna familia portuguesa. Y pensé que, con la llegada de la democracia y la libertad, nunca más habría palabras prohibidas. Y héteme aquí que hemos vuelto a las palabras prohibidas…en el siglo XXI!!!. Cayó en mis manos la “Guía del Lenguaje Inclusivo” editada por doña Inmaculada Colau y exigida para dirigirse al Ayuntamiento de Barcelona en cualquier escrito. Y pasé a saber que quedan prohibidas (entre otras muchas, no puedo ser exhaustiva): -“avalancha” y “oleada”, en referencia a inmigrantes; -“flujo de inmigrantes”; -“Inmigrante”, “gitano”, “mariconada”, “abuelo”, “persona negra” No sólo vocablos aislados, también expresiones, indicando por cuales deberán sustituirse: -“esto es una mariconada” deberá sustituirse por “esto es una tontería” -“lloras como una niña” deberá ser sustituida por “grita y llora cuanto quieras” -“vete a tomar por el culo” se suprimirá a favor de “vete a freir espárragos” Todo esto parece sacado de un manual de Acción Católica de los años 50 y así se señalaría si lo hiciera la derecha. Pero doña Inmaculada es progresista por designación oficial, que es una forma de serlo magnífica, exenta de demostraciones. Donde no ha estado fina doña Inmaculada ha sido en poner al día algunas denominaciones, pues sigue hablando de transexuales cuando la Organización Mundial de la Salud ya ha prohibido el término, que deberá ser sustituido por “Incongruencia de género” (¡!) Y por más que he buscado no he encontrado qué cursi expresión sugiere la doña para el célebre canto nacionalista “Puuuuta España”, porque los españoles, aunque retrógrados, mesetarios y cavernícolas, también tenemos nuestro sensible corazoncito… 8N