Desdoblamiento

Los corticoides desplazan la grasa corporal de unas zonas a otras, generalmente a la cara, hombros y abdomen. A mí me pasa, y la consecuencia es que luzco unos mofletes que nunca tuvieron cabida en mi delgado rostro before la enfermedad. Pero ahora, muchas veces paso ante el espejo y me cuesta reconocerme. “Esa no soy yo”, te apetece gritar cuando tu mente ha seguido su evolución natural mientras tu cuerpo se ha ido por otro camino no transitado hasta entonces. Este fenómeno de desdoblamiento puede darte también aunque no hayas tomado corticoides. Por ejemplo, en el gobierno actual es muy frecuente, Sánchez sin ir mas lejos, según nos explicó Carmen Calvo, se desdobla en secretario de partido (y dice que lo de Cataluña era rebelión clarísimo) y presidente de gobierno, (y dice que ni sedición veía). Igual le pasa a su vicepresidente que nos pasa de secretario de partido con discursos incendiarios tipo lo de la cal viva o la inmundicia, a párroco taimado con voz compungida diciendo “niños y niñas, perdón”. Pero quien más me llega al alma por mi afición al personaje es Chiqui Montero alias “La Farruquita”, ministra de Hacienda. Cuando era “ministra” de economía de la junta de Andalucía, elaboró unos presupuestos que a los pocos meses, ya como ministra de la nación, bloqueó y paralizó por incumplir no se cuantas normas. Es impagable. Dicen que Isabel I de Inglaterra en su vejez prohibió los espejos en todos sus palacios y castillos porque no quería ver su degradación física. Nuestra Chiqui Montero no se si tendrá espejos, pero seguro que no se mira, y si lo hace y sale a la calle como acostumbra entonces es que el gusto estético ya lo ha perdido definitivamente. Esas chaquetas fucsia, esas faldas a media pierna, esos zapatos Señorita Rottenmeier… el adjetivo que mas le cuadra es en portugués: “Pirosa”. Con su compañera Calviño que tiene la nota estética distintiva de sacarse el cuello de la camisa sobre la solapa de la chaqueta tipo Nino Bravo (q.e.p.d.), forman un tándem completamente vintage. Pero hasta la vestimenta sería perdonable si no fuera por el pelo…¡Oh esa cabellera en desorden absoluto, esas guedejas desmandadas, esos mechones ingobernables, esas greñas, en fin, en total anarquía! Uno sospecha que pueden estar ocultando desde un pen drive hasta un nido de pájaro en su interior, tal es el volumen desordenado por donde parece que nunca pasa un cepillo. (Me recuerda a la de Ana Rovira, la de Esquerra, que llevaba el mismo estilo de melena revuelta de la peluquera de su pueblo. Y las mismas gafas grandes de pasta, por cierto, también. Se ve que en algunas provincias la estética es muy parecida). Yo siempre he sostenido la peregrina teoría de que el desorden capilar externo, es paralelo a un semejante desorden cerebral interno…tal vez si Chiqui se arreglara el pelo conseguiría pronunciar los diptongos y dejaría de inventarse participios pasivos. Porque lo de arreglar el déficit de la economía española, eso ni aunque se eche el cero…