Mary queen of scots

La semana pasada, jugaba el Madrid en Escocia. Para ponerme a tono y hacer tiempo hasta el partido, me puse la peli “Mary, queen of Scots”. Debo decir que he leído varias biografías del personaje y me lo sé un poco de memoria aunque hace mucho que no las repaso. Siempre me ha parecido que la historia trataba mal a esta María Stuart que en mi opinión fue una mujer fuerte y valiente a la que habitualmente se la retrata como una frívola, inconstante, incapaz, adúltera e incluso asesina. En el gran duelo con su prima Isabel Tudor, María siempre perdía por hermosa, por madre y por católica. El mundo anglosajón tiene el monopolio de la expedición de títulos de grandeza y ese ha sido siempre de Isabel. Una católica no puede ser una heroína. Pero en fin, no quiero hacer ahora un panegírico de María. Lo cierto es que la peli me estaba gustando porque la actriz Saoirse Ronan hasta se parecía físicamente a los cuadros de María joven cuando era reina de Francia y la retrató Clouet. Y el duelo con su prima Tudor no lo iba perdiendo, esta vez María no era frívola, inconstante y adúltera, hasta que…aparece el embajador de Isabel ante la Corte escocesa y…¡es negro!. Pero es que luego salen los grandes señores feudales escoceses, los jefes de los clanes que van a ponerse a las órdenes de la reina,¡ y también hay negros!. Esto es la locura. ¿Alguien se imagina en el siglo XVI que un negro llegase a jefe de clan escocés?. ¿Y a embajador de la muy racista Inglaterra en 1560?. Hasta que caes en la fecha de la película, 2018, ya en plena era de corrección política. TENÍA que haber negros. Naturalmente, el marido y el secretario de María eran gays (Rizzio, el secretario, es además mulato) y supongo que si hubiese dado tiempo, hubiésemos comprobado que las famosas cuatro Marías, sus damas, eran dos lesbianas y dos trans. ¡ Qué hastío!. Nos cuentan que la Inglaterra del XVI era tan moderna y tan liberal que los negros ocupaban altos cargos de la Corte y alguien con pocas lecturas puede llegar a comprar esa moto. Así se escribe a veces la historia, desde el presente y siguiendo los intereses del presente. Como el actor Álvaro Morte, que, elegido para interpretar a Juan Sebastián Elcano, dice que está preparando el personaje para darle un sesgo izquierdista. Ahí lo tienes, porque él lo vale, veremos a un Elcano gritando ante la inmensidad del Pacífico “¡Sí se puede!”. El pobre señor pertenece a la cofradía del progresismo al parecer, la que se levanta todas las mañanas musitando la jaculatoria “España es una mierda” ante el altar a la bandera republicana que tiene en casa en una hornacina. Y claro, el viaje de Elcano fue una hazaña impresionante a todos los niveles y el señor Morte quiere el papel porque hay que comer pero no quiere que los miembros de su clan le desprecien porque contar algo que haya hecho bien España es de derechas. Y fuera de la tribu hace mucho frío. Así que se salta la historia por el forro y le da el sesgo que le parece demostrando lo que entiende por recrear un personaje histórico y los complejos que se lo impiden. Qué blanditos son,¡mecachis!. Para terminar la semana, leo que el festival de cine de San Sebastián hace suyos los objetivos de la agenda 2030 y se declara ecológico, sostenible, feminista, inclusivo, resiliente y blablabla…Total, que ya no se puede ver cine sin que te quieran aleccionar con algo. Hubo una cosa que se llamó realismo socialista y que el viento todo llevó, pero parece que estas gentes no leen la historia que no les gusta. Dice Woody Allen (que no es precisamente santo de mi devoción) que dentro de poco nos reiremos muy incorrectamente de todo esto. Que así sea, a ver si llego para verlo.