No tenemos horizonte

Si echo la vista atrás, creo que una de las regiones donde he tenido más amigos es Galicia. He viajado allí muchas veces, me han recibido, cobijado y alimentado de forma indescriptible. Hasta me aprendí el Himno de Breogán, incluso… Pero claro, también te topas con nacionalistas. Yo creo que el nacionalismo estrecha mucho las cabezas. Se montan unos universos reducidos en los que sólo caben ellos y sus argumentos nunca refutados. Y buscan desesperadamente algo que les haga diferentes a tí para justificar que no podéis vivir en la misma nación. Cuando conocí a una de las que después sería buena amiga gallega, aún estaba infectada por el virus nacionalista y me dijo que castellanos y gallegos no podíamos entendernos, que el uso del pretérito imperfecto lo demostraba. – “Nos separa un pretérito”- afirmó. Yo me quedé de piedra, pues un castellano no sospecha las elucubraciones mentales de los nacionalistas de provincias. Además, yo ya conocía algunos gallegos y me sentó muy mal que no me hubiesen avisado del problema del pretérito imperfecto. Otra de mis mejores amigas gallegas, al presentarnos, preguntó de dónde era yo, y al saber que de Guadalajara, me espetó.- “¿dónde cae eso?, es la primera persona que conozco que sea de Guadalajara”. Yo, que en mi juventud era muy comedida con la gilipollez, no le contesté que yo en su misma edad, conocía sin embargo a un montón de gallegos y sabía perfectamente dónde caía Orense. Mi condición de Guadalajareña les impactaba, yo creo que me despreciaban, se permitían tenerme pena por mi origen geográfico. En una ocasión, invitada a cenar por unos amigos, me llevaron a una casa a cuyos anfitriones no conocía y que tenían a todo volumen cantando a Amália: -“Por teu livre pensamento, foram-te longe encerrar Tâo longe que o meu lamento, não te consegue alcançar E apenas ouves o vento, apenas ouves o mar”. -“Casi no se oye el viento, casi no se oye el mar” tradujo con los ojos semicerrados el dueño de la casa , tumbado en el sofá mientras saboreaba el vino que nos había ofrecido haciéndose el experto en fados. -“Apenas” en portugués no es el “apenas” castellano – dije yo calmamente -. El “apenas” portugués se traduce por “solamente”. Solamente oye el viento, solamente oye el mar”. ¡Lo que fui a decir! -“¿Una de Guadalajara va a decirme a mí, gallego, lo que significa el portugués?” Aquel paleto que se las daba de culto, al parecer ignoraba que no hace falta ser gallego para conocer un idioma. La grosería era manifiesta. En sí misma y porque yo era su invitada. Debería haberme levantado y haberme marchado a casa, pero ya digo que yo entonces no había llegado al juramento que me hice después de no aguantar un gilipollas más, y soporté con educación la cena en silencio. Para qué seguir. Las anécdotas son infinitas, desde el que no leía los periódicos que se escribiesen en Madrid por escribirse en Madrid, hasta el que presumía de haberse cagado en la bandera española. Las veces que me recitaron a Rosalía y lo de “Castellanos de Castilla”, fueron casi tantas como las que los portugueses me nombraron a Aljubarrota, que ya es decir. Yo sonreía y seguía mi vida. Y la mayoría acabaron buscando mi compañía y transformándose en grandes amigos a pesar de los pretéritos imperfectos y de Guadalajara. He recordado todo esto porque acabo de enterarme que una alta instancia gallega de la nación afirma que los castellanos no tenemos horizonte. Y no se refiere a “horizonte” en su acepción de futuro por llegar, sino en su acepción física, porque lo dice después de afirmar en Cataluña que -“vosotros aquí, con el Mediterráneo, sí tenéis horizonte”. La alta instancia gallega de la nación confunde al parecer horizonte con costa marítima, pero la cuestión es que los castellanos no tengamos algo que las “naciones” subyugadas sí tienen en abundancia…Y no se le ha ocurrido mas que quitarnos el horizonte… Al parecer su nena va al colegio y les pregunta a las compañeras que dónde está el horizonte. Y las compañeras no saben de qué les habla…normal. Imagínate la conversación, llega la nueva, y encima de nueva viene preguntando que dónde está el horizonte y lo menos que pueden llamarla es panoli. La cosa entra en la misma categoría que lo del pretérito…¡qué poco evolucionamos, coño!. Así que, sin horizonte, tenemos a Madrid, las dos Castillas, León, Aragón, Andalucía Norte, Extremadura, La Rioja y Navarra…No está mal. Podemos hacer “La España sin Horizonte”. Compartiríamos el tener una lengua común y carecer de horizontes. Dejaríamos de pagar las embajadas, gobiernos y parlamentos de las naciones con horizonte. A lo mejor nos iba bien… Peor que nos está yendo no creo yo que…