El espectáculo de las denuncias anónimas me revuelve el cuerpo.
Y el de las que no son anónimas una vez el árbol caído, mas.
Y denunciar pasados tres años aprovechando la subida de la marea, igual.
Dice la señora Fallarás que la Justicia es patriarcal y que jueces y policías representan el patriarcado, por eso estamos utilizando herramientas que no son las del patriarcado, no son la policía y los juzgados. Hay que elaborar “relatos”. Anónimos.
El “relato” mas famoso dice que aunque los hechos ocurrieron hace tres años, la señora concernida no dijo nada para no hacerle el juego a la derecha, ¿eso quiere decir que ahora lo dice porque ahora el juego se lo hace a la izquierda o de verdad es tonta?. Se queja de que él no fue lo suficientemente romántico (¡qué patriarcal, el romanticismo!). Que cuando se lo pidió, paró, y luego tuvieron una conversación muy agradable. Que lo tenía en un pedestal y la decepcionó.¡Qué patriarcal, también, subir a los machos a los pedestales!.
Y por esto, andan las furias del llamado feminismo rasgándose las vestiduras, mesándose los cabellos, ungiendo sus cabezas de ceniza y derramando el agua de las vasijas.
¿Denunciar el machismo?. ¡Por supuesto! ¿Y por qué no empezamos por denunciar los miles de mujeres y niñas viviendo bajo el mas abyecto yugo machista de la religión que supone el heteropatriarcado 4.0, con sus cuerpos cubiertos de vestidos negros, sus caras tapadas, sus estudios interrumpidos, sus matrimonios concertados en plena adolescencia, sin salir a la calle sin el permiso de un varón?. Y dicen nuestras feministas que el velo es progreso y que hay que respetar su cultura. Sólo hay machismo si se es caucásico y masculino. En lugar de luchar y reivindicar sacar la religión de la escuela, la introducen más, fomentan y permiten que en las escuelas públicas entren clérigos barbudos y mujeres veladas a enseñarles que la mujer es inferior al varón en contra de todos los sagrados principios que nuestras furias dicen defender. Para esos miles de mujeres y niñas no hay campañas publicitarias ni cartelería ni “gobierno de España” ni eslóganes.
QUÍTATE EL VELO
Y SUÉLTATE EL PELO
por ejemplo…
Para ellas no hay de parte del feminismo podemita/sumarial sino la misma sumisión, el mismo silencio, el mismo desviar de la mirada al que al parecer están tan acostumbradas y que han demostrado callando durante años los desmanes del sobeteo del amado líder para no perjudicar al susodicho a quien idolatraban con pasión de beatas.
Vaya por delante que el asunto Errejón me importa un orto ya que ni siquiera despierta mi curiosidad histórica vivir en directo una purga estalinista un siglo después de las originales: el partido acumula mierda tuya real o inventada durante un tiempo, la guarda, y la saca cuando le conviene que desaparezcas. Tú haces una confesión en que te inculpas y una autocrítica en que reconoces haberte dejado seducir por el capitalismo malvado y te largas al Gulag unos diez añitos y ya si eso después te rehabilitamos. Si ahora nos dijeran que el tal sujeto está en una clínica psiquiátrica como insinúa en su carta, el verismo sería insuperable.
Sí, el asunto Errejón me importa un orto. Pero no puedo con la hipocresía.